Debo mis versos a un escritor de mil historias,
a un colombiano que con su realismo mágico
me llevo por diversas sendas,
hoy no tengo poca más que silencios,
hoy el coronel no tiene ya quien le escriba,
Aracataca se encuentra de luto, Mancondo llora.
los cien años de soledad están llenos de un amor, llenos de cólera,
hoy las crónicas de una muerte anunciada se hicieron realidad,
las putas deben estar tristes por su partida,
llego el otoño del patriarca sin preguntas ni respuestas,
el general se fue a recorrer su laberinto,
hoy el coronel dejo de escribir,
las hojarascas están mas secas que nunca,
las malas horas están sueltas,
las noticias de que la muerte secuestro sus letras se difunden,
ya el amor con sus demonios llora,
yo vivi para contarlo, yo estoy seguro que mis versos hoy te nombran.
Adiós Gabo, te fuiste a bailar con Cheo,
porque la salsa se canta y se baila, se goza,
y tu literatura se lee, se siente, se honra.
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