Es tan inesperado el amor
y tan pronto el olvido,
que por ello me aferro a los versos
esperando que nunca
nos encuentre su egoísmo mezquino.
Versos que nos cobijan del frío,
trémula e infinita posición de lo divino,
terca necedad de amarnos,
aun estando hoy vivos.
Porque en tu ausencia las grietas
nos separan y nos reconcilia el infinito,
porque en tu boca se excita mi poesía,
aquella que sostiene las mariposas,
que dejaste en mi vientre desnudo y tibio.
Sé que venceremos el tiempo y el olvido
porque nos amamos aun cuando nadie comprende,
nuestras razones y motivos.
-Erick Bravo
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