triste se ve la primavera
flancos y hondas
dunas pasajeras
cáliz, clímax y promesas.
Y en sus labios pactos
amos, arcos y esencias
frutos de un poema,
la dulce luz de un sol naciente,
el sinónimo de una oración
que me recuerda.
Palabras, dudas sin temores
y un alma que hoy tiembla
en tu ausencia,
con la esperanza muerta
esa misma que se sirve
dos platos en mi mesa.
No pude negarme a escribirle
al viento y su dureza,
pócima pasajera
que murmura
pequeñas frases indirectas.
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