la planta desnuda
su pliegue y su sombra.
El palpito y el susurro
su perfume evoca,
urge el reparo por verte
recurrente me invoca
indiferente...
sufro en mi suerte
la felicidad
tinturada de muerte
de angustias paganas.
y en el olvido
aun sintiendo
cada
lágrima
que desgarra y deshoja
que sacude y socava
sabía la cordura
loca demente
que me propone escribir
a cambio de verte
en mis versos
en noches sin alma.
un consuelo
que unge mi frente
dulce e ingente
poesía
feliz y elocuente
recurrente delirio
de la razón y el olvido.
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