Fuego: Erick Bravo. |
ante aquello que se anhela:
No sabían que podía existir,
Cómo la poesía en los versos,
como los labios en la miel.
No sabían que podía existir,
más allá de tu prudencia
del pensamiento y tu sentir.
Tienes una flor
que no lejos de la noche
perfuma mi pensamiento
que urge manifiesto
su altiva seducción.
su altiva seducción.
-Ungía en el rocío
nuevos amaneceres.
Y en tus noches llenas de colores
las palabras son revelaciones,
que transitan en medio de mi pecho,
desnudo y deseado.
-Ardiente como el agua
que embriaga nuestra sed,
por ser y ver, dos cuerpos
en un acto.
Tus piernas, se entretejen,
se abren como puertas
a la delicada esencia de mi esperma,
a la luz de nuevas luces,
de nuevos pasos, de gemidos y de cantos,
porque somos amantes
aun siendo extraños.
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