martes, 8 de abril de 2014

Ninfómana



En esta necesidad de ti,
caminamos la recta silenciosa,
te reconozco en los balsamos,
en una mujer extraña,
en una historia anecdótica.

Te he visto entre las sombras de mi almohada,
tocarte, deslizar tus manos, acariciar tus senos,
morder tus pezones, tocar tu recto y penetrarte,
una y otra vez.
  
Resultan ausentes los pudores,
los limites, los amores, los recuerdos y el fin,
resultan ciertos olores, tu sexo y mi sudor sobre ti.  
 
Conozco el placer en tu boca,
tu vagina tibia, húmeda y roja,
la satisfacción de tu cuerpo,
los delirios y dogmas qué me revelan
porque debo escribir.

Yo distingo la singularidad de tu piel,
tu ropa, los colores que emiten tus sombras,
yo puedo prometer delirios,
yo sé los secretos que escondes,
yo sé que eres ninfómana,
yo sé que aun me buscas en cuerpos extraños
cuando deseas gemir.

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