lunes, 17 de marzo de 2014

Prismas.


























Cada segundo en la levedad de tus sábanas,
glorifican el recuerdo de mi lengua en tu vientre, 
entre las mieles de tus labios húmedos y tibios.

Yerguen mis deseos y este cálido recuerdo, 
de estrujarte con fuerza entre mis brazos,  
para perderme entre tu cuerpo y tu sexo glorificado.

Mis sentidos te recorrieron en mil prismas, 
abriste tus muslos a mis manos 
y tus senos los observe como cúspides, 
tus pezones erguidos, vigilantes, excitados, flamantes,
me llamaron al encuentro donde solo pude penetrarte,
amarte y ser un poeta errante desbocado entre tu sangre.

    

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