tu cabello brillaba
y su color natural, el negro.
-como la noche,
suspiraba en el alba.
Admiraba entonces su traslucir
en medio de la nada,
y siendo el alba, fui un suspiro en sí.
-Nací en ti.
Recorrí cada duna
como un pacto en tu locura
fragüe tocar tus besos
y en un intento, reviví,
creciendo a cada instante
un poco más de ti en mí.
Más grande fue la sorpresa
en medio de la nada,
y siendo el alba, fui un suspiro en sí.
-Nací en ti.
Recorrí cada duna
como un pacto en tu locura
fragüe tocar tus besos
y en un intento, reviví,
creciendo a cada instante
un poco más de ti en mí.
Más grande fue la sorpresa
- las sumas y las almendras
cuando perdí la razón,
cuando perdí la razón,
la compostura
al caminar, sin intentar huir
de tus ideas pasajeras.
Entonces te escuché
gemías y esgrimías
tu nombre y tu figura
despertando conjeturas
un pálpito y una cura,
y un amor que nace aquí.
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