domingo, 29 de septiembre de 2013

Libertad

Me alcanzaron las huellas de tu camino,
el despertar de tu vagina tibia en mi cuerpo frío,
tu mirada inconfundible de placer,
tus besos desconocidos y las historias escritas en tu piel.

Me alcanzaron dos horas y una noche,
un tequila, un par de cervezas, 
una danza prohibida en un salón lleno de miradas austeras,
la seducción florecida del querer.

Me hicieron falta unos minutos, 
unos segundos para huir de ti,
para no sentir, para creer que te podía perder.

Me abrigo entonces a mi amada libertad,
a lo que me suma ausencias y resta olvidos
a quien llama nuevas experiencias 
y siempre me lleva a brazos desconocidos.
  
Me abrigo a mi libertad
en el gemido de una nueva realidad, 
en lo que simplemente fuimos,
en lo que suprimimos, 
en el azar de lo desconocido,
cuando en mis versos sin remedio
te supieron encontrar en el abismo.













No hay comentarios:

Publicar un comentario